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sábado, 22 de febrero de 2014

Ana María Del Re


Ana María del Re: Aún de noche la luz

Por Carmen Cristina Wolf
 
La noche todavía es una de las más recientes publicaciones de la escritora venezolana Ana María Del Re. Reúne tres poemarios: Trazos, Nocturnos y La noche todavía, en un libro de factura impecable que nos brinda Bernardo Infante Daboín, a través de bid & co. editor, con un óleo de Leopoldo Armand (1988) en la ventana circular del pórtico. Ana María es licenciada en Letras y realizó estudios de Maestría en Literatura Hispanoamericana. Siguió cursos de especialización en la Universidad de La Sorbona, es docente y compiladora de la Antología de Poesía hispanoamericana. También es traductora de poesía italiana y francesa al castellano, y recientemente ha traducido al italiano el libro Amante de Rafael Cadenas.
En el prefacio escrito por Humberto Díaz-Casanueva leemos: … El lenguaje poético de Ana María Del Re se ajusta a ritmos maravillosamente sensibles, atenuados, y así fusiona la palabra con alusiones y cualidades de formas espirituales, más que con imágenes rotundas. El poema brota decantado, exprimido de todo lujo barroco, concéntrico, implicado en mismo, musitado en un tono litúrgicoUna vitalidad romántica en un tiempo apolíneo.Con esta valiosa búsqueda de lo esencial. Ana María Del Re ocupa un lugar privilegiado dentro del panorama poético venezolano contemporáneo.
Y esto es precisamente lo que más atrae del quehacer poético de Ana María, la cualidad de reunir tanta esencia en versos y poemas breves, que resuenan íntimos como campanas silenciosas. Leamos estos dos poemas que conforman una unidad, como sucede con cada uno de los libros de esta autora:

En tiempo de oscuridad
concédenos Señor
la palabra encendida (p. 128)

Y en el poema siguiente se lee:

La tan llena de sol
la predilecta
que aparezca
para darnos júbilo (p 129)

Es un gozo inestimable encontrar poemas de síntesis tan perfecta, que dicen lo que un místico medieval o un monje contemporáneo desearía expresar: En tiempos de oscuridad / concédenos Señor / la palabra encendida. Cuántas veces, en mis coloquios con Jesús de Nazaret, hacia el cual siento mayor cercanía y familiaridad que con el Padre, más lejano e inaccesible, más abstracto, trato de buscar las palabras para expresarme y no las encuentro. Entonces, leo el poema de Ana María y se siembra en mí como una plegaria para no olvidar: Señor, concédenos la palabra encendida, ella nos servirá de candil en la noche, así hallaremos el vocablo escondido en nuestro corazón y no tendremos miedo al abismo. Esperaremos que se encienda esa palabra única, la tan llena de sol / la predilecta / que aparezca / para darnos júbilo.
La noche todavía es un libro de cabecera, capaz de atraer profundamente al buscador de verdades ontológicas o al amante de la poesía más alta. La clave se haya en el primer poema:
Tu mano deslizándose
por la piel tibia
de la página.
El poema
un latido
en lo oscuro (p. 96)

Rara vez se encuentra poesía de tal brevedad que ofrezca tanto sentido e intensidad. Y si hubiese querido escribir unos versos dedicados a la pasión por los libros y por el poema, no hubiese encontrado una mejor manera de revelarla que en estos versos de Ana María el Re: 
 Tu mano deslizándose por la piel tibia de la página / El poema / un latido / en lo oscuro.

                                        Ana María Del Re (abajo y a la izquierda), Teresa Casique,
                                       Carmen Cristina Wolf, Rafael Cadenas, Blanca Arbeláez

Alejo Urdaneta: Arte, intuición e inteligencia


            Por Carmen Cristina Wolf

Leer el libro El Arte: Una apreciación personal del escritor venezolano Alejo Urdaneta (Editorial Actum 2006), es sumergirse en la hondura de un pensamiento macerado en el estudio y la reflexión. Llama especialmente la atención una frase del autor como aproximación a un concepto del arte, que es esclarecedora: "Puro juego de la sensibilidad en ejercicio de la libertad... El arte nace de la fascinación de lo inalcanzable o incomprensible, y el artista comienza esa búsqueda a partir de lo que ha recibido por tradición... arte sería revelar y exponer los secretos que no dicen las palabras del habla común."...
La Editorial Actum vuelve a obsequiarnos con una publicación de gran interés para los amantes del Arte y de la buena lectura. El extenso ensayo abre con una reflexión central. Refiriéndose al criterio de Aldous Huxley sobre la soledad a la que está condenado el ser humano aun cuando se encuentre en compañía, Alejo Urdaneta escribe: Ese hombre que constituye el UNO tiene, sin embargo, deseo de ser diverso y comunicar su ideal ante el mundoLo que importa de la obra de arte no es ella en misma sino aquello que vislumbramos al percibirla, lo que nos insinúa, aunque sea el vacío.
Sin caer en pesadas erudiciones, al contrario, en un estilo ameno que hace difícil abandonar sus páginas, este libro es una enseñanza sobre cómo analizar los criterios de grandes escritores, filósofos y pensadores acerca del Arte con una perspectiva crítica. Desde Platón hasta Kant, desde Santo Tomás de Aquino hasta Eugenio Trías, el autor nos va explicando lo que ha significado el Arte para el pensamiento de la humanidad, con una valoración personal de cada enfoque.
Es fascinante comparar la realidad visible y su contraposición con la manera de interpretar del artista; el misterio de la música, el asombro de la movilísima forma transformada en lienzo, en escultura, en "piedra franca". O la escritura, volcada en poema, en narración, ensayo o pieza teatral.
    Este libro sobre El Arte atiende a lo que dejó escrito Augusto Rodin en su testamento: ¡Sed verídicos! Esto no significa ser vulgarmente exactos... El arte sólo comienza con la verdad interior. Que todas vuestras formas, todos vuestros colores traduzcan sentimientos.
Como bien dice Alejo Urdaneta, el arte sostiene con su impulso ideal, los anhelos y necesidades de la humanidad, y este libro es en sí una expresión de arte puro que nos hace amar los géneros artísticos y aquellos hombres y mujeres que nos dejan su legado de verdad y belleza, sin excluir la fealdad, pues esta es solo un concepto subjetivo, un material invalorable para expresar el carácter. Recordemos a Ricardo III en Shakespeare, dueño de sublime belleza en su extrema fealdad. Un ejemplo de ello son los Aquelarres de Goya, que causan terror y espanto, pero no podemos dejar de escudriñar en ellos la maestría y sensibilidad con que fueron dibujados, así como el drama individual y social que encierran.
Este libro de Alejo Urdaneta replantea el dilema de qué manifestaciones son o no arte, si las artes pueden se consideradas de igual valor, si la poesía es una obra de arte. Nos induce a recorrer la fascinación de la música, el color y la abstracción, la arquitectura, el arte del lenguaje en todas sus manifestaciones. En relación con la palabra, escribe:Se ha dicho que Dios creó al hombre para que este contara historias. Esta parábola se relaciona con la necesidad humana de inventar mitoslos mitos dan coherencia a la realidad, indican una armonía entre el pensamiento interno del individuo y la estructura del mundo exterior.
La intuición, la sensibilidad y la inteligencia se fusionan cada vez que se crea una obra de arte. Así ha sido en el caso de El Arte: una apreciación personal. El esfuerzo creativo transforma el mundo de manera permanente y prodigiosa y le da una significación trascendente a la transitoriedad de la existencia. Concluyo esta nota con unos versos del poeta español Enrique Gracia Trinidad:

Escribir por si alguien, algún día
tiene un dolor de corazón idéntico
o sufre una alegría semejante.
Del poema Razón de escribir**


*EL ARTE: Una apreciación personal, autor Alejo Urdaneta, Editorial Actum 2006
**La poética del vértigo, Antología de Enrique Gracia Trinidad, Estudio y selección de Enrique Viloria, Editorial Jirones de Azul 2007

NOVEDADES EDITORIALES 2013-2014


                                 NOVEDADES EDITORIALES
Caracas, 2014

--- ENTRE PAREDES Y MEDIA LUNA, poemario de Aladar Temeshy. Publicado por bid & co editor 2013. Presentación de Belkys Arredondo

--- EL CIGARRÓN, poemario de Elizabeth Schön. Prólogo de Edgar Vidaurre. Publicado por la Editorial Diosa Blanca, Caracas 2013

--- ARTAPATIS, EL PERSA. Novela de Juan Ruiz de Torres. Publicada por la Editorial Verbum, Madrid 2013

--- FRASES QUE HAN HECHO HISTORIA. Libro de Jon Aizpúrua. Publicado por Banplus, impreso por Editorial Arte. Caracas 2013

--- MIRLA CASTELLANOS, LA PRIMERÍSIMA biografía de Carlos Alarico Gómez. Publicado en Amazon por SCEL, LLC. http://www.amazon.es/MIRLA-CASTELLANOS-PRIMER%C3%8DSIMA-Carlos-Alarico-ebook/dp/B00G8I3LZO

--- KATHARSIS, poemario de Lidia Salas. Prólogo de María Isabel Novillo. Editado por la Fundación de Estudios Literarios Lector Cómplice. Caracas, 2013

--- CAUDALÍA, poemario de Magaly Salazar Sanabria. 2a. Edición. Publicado por el Taller Editorial El pez Soluble. Caracas, 2013

--- UN BONZO SOBRE LA NIEVE, poemario de Rafael Arráiz Lucca. Publicado por Trilce Editores, Bogotá 2011

--- DULCE MANDIOCA para buscar a Manuelita. Poemario de Maribel Proietti. Publicado por el Taller Editorial El Pez Soluble. Caracas, 2013

--- EL MAR TAMBIÉN LO SABE, poemario de Luis Beltrán Mago. Editado por el Círculo de Escritores de Venezuela, Caracas 2013. Prólogo de Juan Antonio Yabur.

--- CADAQUÉS, PALACIO DE VIENTO, poemario de Ana María Velázquez. Publicado por la Fundación de estudios Literarios Lector Cómplice. Caracas, 2013

--- MINIGUERRA, Tarea de los cuerpos, poemario de María Luisa Lazzaro. Publicación conjunta de: Fundación La escarcha Azul, Fundación de Estudios Literarios Lector Cómplice, ULA, Vicerrectorado Administrativo. Mérida, 2013

--- DÍAS DE NOVENARIO, novela de Inés Muñoz Aguirre. Publicado por Ediciones Bruguera, Caracas 2013

--- EN EL TIEMPO DE LAS ARAÑAS, novela de Álvaro Pérez Capiello. Editado por Miguel Ángel García e Hijo. Caracas, 2013

---CUENTOS DE INDIANA, poemario de Josefina León-Ponte. Publicado por Fundación de Estudios Literarios Lector Cómplice. Caracas, 2013

Centro de Divulgación de Literatura Venezolana e Hispanoamericana (Facebook)
Editora: Carmen Cristina Wolf
NOVEDADES EDITORIALES
Caracas, 2014











viernes, 13 de enero de 2012

QUÉ ES LA BELLEZA


Por Edgar Vidaurre


“No hace falta adornar la apariencia para convocar la belleza,
en todo caso lo que haría falta es liberar al paisaje de nosotros
mismos.”
CG Jung

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la
faz del abismo,
y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era bella y
buena…
separó entonces Dios la luz de la oscuridad”
Capítulo 1 del Génesis


La Belleza en sí misma. La belleza abstracta…
Platón y
la belleza ideal. Que es La Belleza?… existe La Belleza?...
La Belleza es un ente, una
realidad?... o por el contrario, es un ideal, un desplazamiento y un
reflejo en lo concreto de nuestra necesidad mental de perfección?…

Es La Belleza el resultado de la interacción entre la forma, lo visible, lo
audible, lo perceptible y la psique del ser humano?... será La Belleza
solamente un atributo de la apariencia visible de la materia y que le
otorga subjetivamente el observante, o será más bien un reflejo, una
imagen concreta de esa otra belleza invisible a los ojos?
Se puede hablar de La Belleza por sí misma como esencia ontológica
independiente, como abstracción, o por el contrario es La Belleza un
fenómeno existencial y vivencial con múltiples determinaciones, en
definitiva: una experiencia? De ser una experiencia, será una
experiencia de orden estrictamente psicológico?... De tener La Belleza
una naturaleza puramente psíquica, tendría los atributos de los
arquetipos que constituyen lo que Jung llamó El Inconsciente Colectivo,
o podríamos decir que La Belleza es absolutamente subjetiva y por ende
perteneciente exclusivamente a la psique individual (por ende con un
marcado carácter relativo) de cada ser humano?
Por otro lado, sea lo que fuere La Belleza, estará ésta vinculada
solamente con nuestra capacidad sensible de percibir a través de
nuestros sentidos biológicos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) o también
estará vinculada con nuestra capacidad inteligible de percibir aquello
que está más allá de lo meramente físico? Está La Belleza ligada a la luz como
fenómeno develador o manifestante de las formas y al sonido como
fenómeno develador de la vibración de la creación, o también puede
hablarse La Belleza de la sombra, del vacío, del caos?... es La Belleza el
resultado del proceso creador del mundo?… solo podemos hablar de belleza
en función de la materia o podemos sentir e intuir que existe también la belleza en potencia o la belleza de la energía, de la vibración, del espíritu creador que genera y produce la eclosión de las formas?...

Puede el hombre a su vez generar y crear belleza?... cuál es entonces la
modalidad del lenguaje humano que puede traducir La Belleza y
expresarla precisamente en términos humanos?... es entonces
la belleza el objetivo que ha venido buscado el ser humano en su necesidad
de recrear por sí mismo al mundo a través del arte? La Belleza solo se refiere al arte, al fenómeno artístico?... La Belleza es entonces inmanente al sujeto observante y contemplante, o por el contrario es el orden universal y trascendente
que penetra todas las formas? Está por ello el ser humano incluído en la
belleza del mundo en su conjunto o Pankalía?… Es La Belleza un sinónimo del bien,
y en este caso su opuesto es la
fealdad y el mal?... se podría decir que La Belleza es el atributo de lo
bueno? O por otro lado se podría decir que La Belleza es a su vez un
atributo del amor o la cualidad más significativa de la fuerza amorosa e
integradora?... es La Belleza un sinónimo de verdad?... de ser así sería La
Belleza una verdad que solamente expresa una parcialidad relativa y
variable o por el contrario, La Belleza es una verdad que expresa una
sumatoria integradora y abarcante?...

Todas esta preguntas, han inquietado al hombre desde su necesidad
racional de explicarse el mundo, pero sobretodo y también, lo han
conmovido y asombrado desde sus atributos emocionales, anímicos y
espirituales. Pero con seguridad la única respuesta y la síntesis para
tantos interrogantes sea una sola y precisamente esa: La Belleza.
Aunque ya antes Pitágoras había medido y mensurado La Belleza de las
formas, (estableciendo que todo es número), descubriendo y revelando
las nociones de la proporción y la armonía, es Platón quien despoja y
libera a La Belleza del límite exacto con que la somete la dimensión
espacial de la luz, de lo visual o auditivo perceptible a través de los
sentidos, para ir más allá de la medida y la proporción de las cosas, y
darnos así, una visión más metafísica, mística y poética de la belleza
desde lo invisible y oscuro.Este juego de luces y de sombras y el proceso
que se constituye a través
de las esencias ideales y las formas que las reflejan
cuando son traspasadas y arrojadas ante nuestros ojos como una sombra, es
visionado por Platón como un suceso único, abarcante, absolutamente
dependiente y comunicado entre sí. Podríamos asimilarlo plenamente al
ciclo infinito de la creación y el paso de la potencia a la materia, del caos
a la forma, de la sombra a la luz, de lo invisible a lo visible.

Lo que vemos inicialmente (o ilusoriamente) no es La Belleza de manera
directa, si no su reflejo o “su Resplandor” en las formas… apenas su
sombra proyectada a través de nuestros órganos sensibles, en la
pantalla emocional de nuestra psique o alma.

En realidad siento que Platón nos habla de lo visible como una ilusión,
como un efecto óptico-lumínico que no nos aporta de manera directa
los datos puros de lo que él llama los trascendentales (los atributos del
Ser Verdadero), mientras que La Belleza y La Verdad nunca podrán ser
asimilados o aprehendidos por estar en la dimensión de lo ininteligible…
más allá de la razón o del intelecto. En todo caso, la belleza podrá ser
asimilada por el hombre, solamente a través del asombro y del éxtasis
que nos provoca el esplendor de esa luz que surge en medio de las
sombras. Para Platón, La Belleza es el único de los trascendentales
(trascendentales entendidos como los atributos del SER, como la
verdad, la sabiduría) que tiene imágenes visibles en la formas que
surgen del proceso creador. En otras palabras, entendemos que según
Platón, las formas visibles y/o percibibles (sonido, olor, sabor, tacto), no
participan o no contienen los atributos puros del SER Verdadero a
excepción de la belleza de cuyo atributo si participan todas las formas
creadas. Es decir que en lo bello, la creación entera participa de manera
directa con lo creante.

Es a través de La Belleza que se manifiesta la unión entre el Ser
Verdadero y el mundo visible de las formas creadas. Tal vez podríamos
decir que, precisamente todo el proceso entero de la creación que va
desde lo creante-puro hasta su emanación en la multiplicidad de las formas
(incluida la vibración que las sostiene), es lo que, cuando
podemos percibirlo a través del resplandor, llamamos Belleza.

Por otra parte, tal vez el error fundamental que ha venido cometiendo el pensamiento
occidental con respecto a esta visión abarcante de Platón, es el de pretender que
existe una separación entre el hombre y el Ser Verdadero o lo creante por un lado y
entre ese mismo hombre y el resto de la creación por otro. El mundo verdadero,
trascendente, abstracto o ideal que Plantea Platón es un mundo
absolutamente interconectado con el despliegue de formas concretas
que surgen de lo creante, mundo concreto y visible que a su vez está
también absolutamente interconectado con sus orígenes, con su
sustancia generatriz. Y bajo esta concepción abarcante, el hombre está
involucrado de manera total con estos procesos de la creación, pues es
permanentemente penetrado por el Ser creante y a su vez forma parte
integral de toda la creación.

Cuando Platón nos dice que La Belleza tiene una existencia autónoma a
su manifestación expresada en la apariencia de las formas, y que por
tanto no es un atributo particular de los objetos sensibles sino que
“resplandece en todas partes”, no nos está diciendo que no hay vínculo
entre La Belleza y las formas, sino todo lo contrario: hay un vínculo
absoluto y único entre La Belleza como entidad existente por sí misma y
las formas creadas, y ese vínculo es precisamente el resplandor o el
esplendor de esa Belleza que se esparce en todas partes.

He aquí pues, según el modo griego de asombrarse para darle sentido y
correspondencia a ese juego de luz y sombra en que se desenvuelve
todo el proceso de creación, lo que se ha venido llamando Lo Apolíneo y
Lo Dionisíaco. Esas dos tendencias que rigen el alma, en realidad no son
tendencias si no instancias de un proceso único de transformación
permanente. En el muro derecho del templo de Delfos (que se
encuentra bajo la protección del dios Apolo) está escrito: lo más exacto
es lo más bello. Por su parte en muro izquierdo del mismo templo,
encontramos el rostro oscuro y misterioso de Dionisio sin inscripción o
regla alguna que lo circunde o limite.

De esta manera, La Belleza que emerge de la luz, viene y se conforma
desde la sombra (esa oscura belleza). La apacible y serena armonía de la
proporción que ocupa el espacio que vemos, es una resurgencia de las
fuerzas oscuras y apasionadas cuya expresión ocupa y se desarrolla en
los espacios de la psique o del alma.

Tal vez por ello podríamos decir que, para Platón, La Belleza es la
manifestación en lo visible (y/o perceptible por los sentidos), de ese
vínculo entre el Ser Verdadero y el mundo creado de las formas, vínculo
al que no si no llamamos fuerza amorosa o integradora (o Amor a
secas) no sabríamos que nombre darle. Igualmente la Belleza, al ser uno
de los atributos del Ser Verdadero o Creante, y precisamente aquel del
que participan las formas creadas bajo ese orden amoroso, es absolutamente
asimilable a la Verdad como elemento y atributo
trascendental de ese Ser Verdadero, de cuya emanación (o psique)
provienen y devienen incesantemente.

En el prólogo del libro El silencio del
árbol de la poeta Maite Ayala sentíamos qué la verdad no podía
ser otra cosa si no La Belleza...“La luz y la belleza son reflejos de la
verdad. El amor terreno encendido por la belleza mundana es el primer
peldaño en el camino ascendente que lleva al alma a la contemplación de la belleza como tal, que no es otra cosa que la verdad. La belleza pertenece al mundo de las ideas y es a partir de ellas que el hombre crea el mundo real". Platón, aquí nos
habla de que únicamente La Belleza en todo su esplendor y el amor que
suscita en el hombre, es el punto de partida, el punto de retorno
posible para el recuerdo y la contemplación de la sustancia ideal y por
ende de la verdad.

La identificación posterior de la verdad con la belleza, ya en pleno
Romanticismo, nos la entrega Hegel cuando afirma que: Belleza y
verdad son la misma cosa y sólo se distinguen porque la verdad es la
manifestación objetiva y universal de la idea, en tanto que lo bello es su
manifestación sensible. Fue sin embargo San Agustín, quien de una
manera arrebatada nos reafirma que ante la belleza –que sólo pude
venir de Dios- se redimen y purifican todos los aspectos contradictorios
del hombre. En esa hondura angustiada entre la consciencia de la culpa,
del pecado y el anhelo clamoroso hacia Dios, surge la belleza para salvar
al hombre: amaba esa “otra belleza” de las cosas mundanas, y luego
iba a lo profundo y decía a mis amigos ¿acaso amamos algo sino lo
bello?...Di te lo ruego, ¿podemos amar algo que no sea lo bello?...tarde
te amé, belleza tan antigua como nueva…tarde te amé…(Confesiones
IV, 13).

La creación en todo su proceso que va desde la voluntad creadora del
Ser, a la aparición de las formas, es precisamente emanación pura,
vibración transformadora cuya energía tiene, (y así podríamos verla), un
naturaleza psíquica, es decir, la parte física y concreta de la creación es
apenas una instancia dentro de la infinita dinámica en que se despliega
el proceso desdoblante y multiplicador del Ser. En otras palabras la
potencia creadora capaz de provocar el incesante devenir de la potencia
a la materia y viceversa, es de naturaleza psíquica, de la cual participa el
ser humano de una manera especial y privilegiada. De hecho, el proceso
de alquimia espiritual que es capaz de llevar al ser humano desde un
principio instintivo y animal a consustanciarse con al espíritu puro, es
absolutamente un proceso psíquico, cuya dinámica también consiste en
ese paso incesante de correspondencias entre las sombras a la luz, o
como diría el Maestro Jung, la auto-realización del inconsciente.
Esta visión abarcante e indisoluble de la belleza-amor-verdad que
resplandece como el fulgor de la creación, tiene su expresión
contemporánea y a la vez perenne, en este párrafo del Maestro Jung
cuando nos dice que: “La belleza y la verdad como atributos de la fuerza amorosa
se pone de manifiesto tanto más plenamente cuanto mayor
cantidad de instinto sea capaz de contener. Pero cuanto más sofoque el
instinto al amor más sale a la luz el animal. El amor se revela
empíricamente como la fuerza del destino por excelencia, tanto si
aparece como vulgar concupiscencia o como la afección más espiritual.
Es uno de los móviles más poderosos en los asuntos humanos. Cuando se
lo considera “divino”, entonces esta denominación se le aplica con todo
derecho, pues a lo más poderoso en la psique se le llamó desde siempre
“Dios”.

Siempre y en todas partes se llamó divino a lo que posee la máxima
potencia psíquica. Sin embargo, Dios siempre es contrapuesto a las
personas y se lo diferencia expresamente de ellas. El amor, con todo, es
algo común a ambas partes. Este mundo solamente es vacío para aquel
que no sabe dirigir su libido a las cosas y personas para hacerlas vivas y
bellas. Solamente la resistencia que su no-querer opone al querer
produce esa regresión que puede convertirse en el punto de partida de
un trastorno psíquico. El problema del amor pertenece a los grandes
padecimientos de la humanidad, y nadie debería avergonzarse del hecho
de tener que pagar su tributo.”


Edgar Vidaurre

Fuente: www.edgarvidaurre.net

sábado, 27 de agosto de 2011

Aladar Temeshy y El Libro de las Decepciones

Por Carmen Cristina Wolf

Abra las páginas suavemente
como quien ya sabe que los libros
no son para hablar de ellos
y ha aprendido a hacerles el amor
Adalber Salas

La voz poética de Aladar Temeshy está ligada íntimamente a su manera de comprender la existencia y al pensamiento reflexivo. El trasfondo de su escritura es una recia batalla entre la exuberante policromía de la creación y el demoledor paso del tiempo, que todo lo destruye. De sensibilidad contemplativa, tal vez por su profesión de arquitecto y por su dedicación a la docencia, Temeshy conduce al lector, desde la más sublime hermosura de la naturaleza y de las ciudades, hasta el dolor y el desaliento por la pérdida de los afectos y de los lugares más entrañables.

Aladar es un romántico a la manera de Rilke. No se reconcilia con la creencia en Dios y en la inmortalidad del alma, no obstante, medita sobre estos temas con la angustia del que se asoma al abismo. Como si hubiera escuchado la voz del poeta alemán, su poesía transcurre entre luces y sombras, dejándonos caminar, detenernos a nuestro antojo, sin rumbo fijo, a veces por senderos que conducen a un mismo lugar, para que el lector elija quedarse entre el bosque pleno de vida, y no obstante cruzada de laberintos, y la negrura de lo desconocido. Recordemos lo que dice Rilke:

Vivo mi vida en círculos que se abren
sobre las cosas, anchos.
Tal vez no lograré cerrar el último
pero quiero intentarlo.

Aladar escribe en su poema Mediodía:

El sol derrite los rostros errantes
escondidos entre las moradas lavandas
los laberintos se abrieron
el mundo es caliente, vertical
el mediodía se comparte
entre el hombre y su inercia
el sueño devoró ya su sombra


En “El libro de las decepciones” de Aladar Temeshy, editado en el 2008 por Diosa Blanca, el prologuista y editor, Edgar Vidaurre, escribe: “En el corazón de la palabra decepción, convergen tres de los aspectos más reveladores de nuestra humanidad a saber: el dolor, la desesperanza (o más bien, la esperanza herida) y la conciencia del engaño y la verdad”... Ante la decepción, se abren dos sendas: o el hombre sucumbe en la maraña intrascendente su propio existir, o trasciende el sufrimiento a través de la transformación existencial.
Y es el camino que toma Aladar ante tal disyuntiva. Trascender, mediante la escritura, a través de palabras que desgarran las páginas de sus libros, especialmente de este poemario “Al margen de la tarde”, que nos deja con el deseo de leerlo una y otra vez, escrito con la entereza y la precisión del oficiante que se aferra a la poesía como “una forma de existencia, de elevación de la existencia, de la presencia fuerte de la existencia”, como escribió el maestro Alfredo Silva Estrada, amigo personal de Aladar.

Al margen de la tarde está dividido en dos partes: 40 poemas que corresponden al capítulo que lleva el título del libro, y un capítulo de 9 poemas, cuyo título es Cuentas del Tiempo. La exquisita belleza del primer poema del libro, nos lleva al “encanto de un universo ensoñado / en un aljibe virgen / sin fondo y sin rimas”:

Es una tarde larga
del encanto de Schumann
en el policromado otoño
surgido de las blanquinegras
teclas del piano grande
en la tamizada luz dorada
de una eternidad
.

LA MUERTE, ESE ALFILER DE ORO TAN CERCA…

Luego aparecen las amargas dudas rebeldes / sobre razones del estar / o del ser y su justa existencia. Es el alfiler de oro en el pecho, que hiere en las sombras de las letras, al margen de la vida del autor. La muerte, es la última dignidad del vencido, es la trascendencia y la liberación del ser prisionero de esta vida mortal.
No obstante, el gozo de existir y la espera de instantes felices no deja de rondar los versos de este amado libro, como cuando escribe: “Sentado en la silla ajada / ajada / del pasillo / frente a la panadería / en la mesa / mi silente café / y espero / un no sé qué.”

Su poema En el pasillo, rememora a Rimbaud, el poeta que una vez escribió:
Y así ascender despacio
en un inmenso amor
de la prisión terrestre
a la belleza del día.


Y Aladar se pregunta a quién espera, respondiendo, con el saber del poeta que conoce las figuras literarias, como las dislocadas oposiciones del oximoron: “Yo, no vendré / compraré un pan canilla / ... me iré a esperar / afuera de antes / ya fuera de después.” Imagina cómo su espíritu, o su recuerdo, vendrá de nuevo a los lugares de siempre, a sentarse, a esperar. No deja de sorprender el descreído poeta, cuando escribe: “el pan o es todo / fe, devoción, plegaria, es hablar con Dios / ... canto del trigo / pan caliente.” Sólo un poeta de la talla de Aladar puede escribir, cuando pregunta quién vendrá, que no será él, pero que sí, que vendrá, de alguna manera imaginada, a la cafetería de siempre, a sentarse, a sentarse cerca de las figuras enmudecidas por la noche del tiempo, “ya fuera de después”.

El final de este libro nos brinda la clave del enigma. Cuál es la razón, el propósito, la pasión que se encierra en la escritura de Aladar Temeshy. El lo proclama suavemente, sin estridencias:

Escribo
Para sentir el verbo
Para palpar la soledad
Para entender a Dios
Para comprender quién soy
Para aprender la muerte


Carmen Cristina Wolf
Caracas, julio de 2011

*Texto leído el 27 de julio de 2011, en la Librería Alejandría I, Las Mercedes, Caracas. Presentación de El libro de las decepciones, organizado por el Círculo de Escritores de Venezuela.



viernes, 18 de febrero de 2011

En el espejo, poema de Alessandra Hernández

En el espejo
(Versión II)

Abro los ojos, me miro en el espejo y veo...
Cuerpo de mujer, alma de niña, mente otoñal.

Sonrío para otros, lloro para mí
aplaudo mis denuedos escondo mi mayor derrota:
no ser poeta.

Mas vuelvo a mirarme en el espejo
y sobre mi hombro observo la imagen que me acompaña
fruto de mis entrañas.

Entonces concluyo que es esa mi mejor poesía.

Inédito

Comunicadora Social y Escritora


Gracias a la escritora venezolana Alessandra Hernández, del grupo literario Visión, por permitirnos publicar su poema confesional, leído en el
Taller de Mairym Cruz-Bernal, en su viaje a Caracas

domingo, 28 de noviembre de 2010

POEMAS DE TRINA QUIÑONES


Tendría que decir…

Tendría que decir
que me veo
en el limpio espejo
de nuestra conversación
las palabras descubriendo
múltiples yoes
que ya no pueden fugarse
aprisionados en el hilo telefónico

invisiblemente densos
y tomados de la mano
danzan mi insomnio
coronas rabiosas o tristes
difíciles de llevar
solitarios rigores

mientras la lluvia moja
las desoladas calles
ellos están allí y me miran

ahora
ante mi pequeño iris
mis múltiples yoes
prefieren contonearse
irrecusables y desnudos




Aguasay
para mamá

Carmen tenía los senos bonitos decía mi abuelo ya octagenario cuando seguramente una ráfaga de cundiamor alborotaba sus cabellos blancos y veía ante sí saliendo de aquellos resecos matorrales de Aguasay a aquella mulata trastornante que era mi abuela vestida por una cascada anillada de cabellos negriazules de ojos de parapara y temblorosos senos erguidos que le hacían dudar entre huir de ese matorral o quedarse para siempre

Cala Alcaufar II

Porque así conversa Él entre las rocas
atentamente
escucharé esas voces
y aún no sé bien si hay exigencia
cátedra embriagador canto

no
hay un secreto
probablemente
secreto de secretos

hay una fuerza
un prodigio que
oculto
se nos muestra el tiempo todo
sin que realmente comprendamos
su misterio
allí
desnudo
penetrado por
esa música eterna
ese rumor absoluto
esa invisible solidez
de la cual el ojo que busca
se percata

Nota biográficaTrina Quiñones (El Tigre, 1.950) es abogada egresada de la USM (caracas). Estudió Letras en la UCV (Caracas) y Artes Escénicas en la Universidad Nacional de Brasília. Se desempeñó durante 4 años como Abogado Corporativo de diversas empresas. Ha sido correctora de traducciones de poesía del ruso al español y traductora de poesía brasilera.
Ha publicado Mutación (o de cómo la cautiva escapó del espejo) (Nairobi, 1.991), Fugitiva (Brasilia, 1.993), Caminos de integración, Colectiva (Brasilia, 1.993), Ejercicios de amor (Moscú, 1.999), Nómada de lo invisible (Moscú, 2.000), Juegos de invierno (Fragmento de mi Diario Moscovita) (Moscú, 2.000), POEMARIO, I Bienal Internacional de Brasília, Colectiva (Brasilia, 2.008), La Mujer Rota. Poesía de autores y autoras hispanohablantes, Colectiva (Guadalajara, 2.008). Tiene inéditos Falsos refugios e Insomnio urbano.
Colabora con la revista Meya Ponte (Brasil), Alforja (México), EL Jabalí (Argentina), Boletines de la Academia de Literatura de Moscú, Revista Bestik Magnetogorak (Federación Rusa). Sus poemas también han sido publicados en papeles literarios de México y Brasil. Colabora como traductora, poeta y narradora en diversas páginas web. Su obra ha sido traducida al Inglés, Portugués y Ruso.
Ha recibido diversos premios a su poesía en Brasil, Venezuela y México. Es Miembro Correspondiente de la academia de Literatura de Moscú, Miembro honorario del Instituto de la Amistad Ruso-Venezolana, Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES) y Miembro Activo del Círculo de Escritores de Venezuela.
Caracas, septiembre, 2.010.