Ana María
del Re:
Aún de
noche la
luz
Por Carmen Cristina Wolf
La noche todavía es una de las más recientes publicaciones de la escritora venezolana Ana María Del Re. Reúne tres
poemarios: Trazos, Nocturnos y
La noche todavía, en un libro
de factura impecable que nos brinda Bernardo Infante Daboín, a
través de bid & co.
editor, con un óleo de Leopoldo Armand (1988) en la
ventana circular del pórtico. Ana María es licenciada en Letras y
realizó estudios de Maestría en Literatura Hispanoamericana. Siguió
cursos de especialización en la Universidad de La Sorbona, es
docente y compiladora de la Antología de Poesía hispanoamericana.
También es traductora de poesía italiana y francesa al castellano,
y recientemente ha traducido al italiano el libro Amante de Rafael
Cadenas.
En el prefacio escrito por Humberto Díaz-Casanueva leemos: … “El
lenguaje poético de Ana
María Del Re se
ajusta a ritmos
maravillosamente sensibles, atenuados,
y así fusiona la
palabra con alusiones y
cualidades de formas
espirituales, más que con
imágenes rotundas. El
poema brota decantado,
exprimido de todo lujo
barroco, concéntrico, implicado
en sí mismo, musitado
en un tono litúrgico…
Una vitalidad romántica en
un tiempo apolíneo. …
Con esta valiosa búsqueda
de lo esencial. Ana
María Del Re ocupa
un lugar privilegiado
dentro del panorama poético
venezolano contemporáneo.”
Y esto es precisamente lo que más atrae del quehacer poético de Ana
María, la cualidad de reunir tanta esencia en versos y poemas
breves, que resuenan íntimos como campanas silenciosas. Leamos estos
dos poemas que conforman una unidad, como sucede con cada uno de los
libros de esta autora:
En tiempo de oscuridad
concédenos Señor
la palabra encendida (p. 128)
Y en el
poema siguiente se lee:
La tan llena de
sol
la predilecta
que aparezca
para darnos júbilo (p 129)
Es un gozo inestimable encontrar poemas de síntesis tan perfecta,
que dicen lo que un místico medieval o un monje contemporáneo
desearía expresar: “En tiempos de
oscuridad / concédenos
Señor / la palabra
encendida”. Cuántas veces, en mis
coloquios con Jesús de Nazaret, hacia el cual siento mayor cercanía
y familiaridad que con el Padre, más lejano e inaccesible, más
abstracto, trato de buscar las palabras para expresarme y no las
encuentro. Entonces, leo el poema de Ana María y se siembra en mí
como una plegaria para no olvidar: Señor, concédenos “la
palabra encendida”, ella nos
servirá de candil en la noche, así hallaremos el vocablo escondido
en nuestro corazón y no tendremos miedo al abismo. Esperaremos que
se encienda esa palabra única, “la tan
llena de sol /
la predilecta / que
aparezca / para darnos
júbilo”.
La noche todavía es un libro de
cabecera, capaz de atraer profundamente al buscador de verdades
ontológicas o al amante de la poesía más alta. La clave se haya en
el primer poema:
…
Tu mano deslizándose
por la piel tibia
de la página.
El poema
un latido
en lo oscuro (p. 96)
Rara vez se encuentra poesía de tal brevedad que ofrezca tanto
sentido e intensidad. Y si hubiese querido escribir unos versos
dedicados a la pasión por los libros y por el poema, no hubiese
encontrado una mejor manera de revelarla que en estos versos de Ana María el Re:
“Tu mano
deslizándose por la piel
tibia de la página
/ El poema /
un latido / en
lo oscuro”.
Ana María Del Re (abajo y a la izquierda), Teresa Casique,
Carmen Cristina Wolf, Rafael Cadenas, Blanca Arbeláez
Excelente artículo, excelente escritora
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